
En las últimas consultas que he tenido con mujeres la falta de confianza en una misma es el tema central. Resulta que se cuestionan constantemente, no saben si lo están haciendo bien, nada es suficiente y el síndrome del impostor es una premisa constante.
Por eso mismo, vamos a profundizar en la falta de confianza en una misma a través de casos prácticos que tengo en terapia online y con claves que te pueden ayudar.
¿Cómo se manifiesta la falta de confianza en una misma?
Se suele manifestar a través de desconfianza hacia los demás, el pensar que hablan de ti o que no te consideran lo suficientemente capaz. Te contaré un caso de consulta poniendo un nombre ficticio: Aurora. Aurora es experta en su área de trabajo, es buenísima. Ha trabajado y viajado internacionalmente, es respetada, escuchada y aclamada en su sector. Sin embargo, cada vez que tiene que hacer una presentación ante una audiencia distinta se cuesta. Revisa su maquillaje, su peinado, su outfit, su tono de voz, su speech mil veces… ¡Incluso se lo lee a sus familiares o personas cercanas antes de que se produzca el evento!
Una vez llega el día los oyentes quedan encantados con todo su conocimiento y ella también se siente mejor. Ha logrado salir del evento airosa, le ha salido estupendo y ha ganado un puntito de confianza.
Si bien, muchas veces aparece la vocecita del Ego (la voz de nuestra mente) que “siempre quiere más” y lo cuestiona todo. Esta vocecita le dice “podrías hacerlo mejor”, “lo preparaste con poco tiempo”, “es que deberías haber puesto más énfasis en X tema”…
Aurora en vez de distanciarse de esta vocecita negativa de su cabeza, se identifica con ella y entra en bucle. Lo peor de todo es que termina creyéndosela cuando no tiene sentido ninguno. En mi libro 9 Claves para la Vida te hablo más sobre ella.
Por si no ha quedado lo suficientemente claro te contaré un par de casos más.
Clara, experta en diseño gráfico. Como todos los artistas es súper crítica consigo misma, no encuentra nunca el nivel de “perfección” que tiene (o no) en su cabeza. Creo que en mayor o menor medida, todas sabemos que la perfección no existe y que cada persona tendrá un baremo distinto, sobre todo, si hablamos de arte.
Llora, sufre, se desespera, anticipa con que va a quedar un trabajo horrible, da mil vueltas y, finalmente, se pone a ello. Cuando entra en “modo trabajo” se olvida del mundo, pero llega un punto en el que vuelve a cuestionarse. Entrega algunos proyectos que para ella aún están sin acabar y los clientes quedan infinitamente satisfechos.
El caso de Jimena. Jimena es mamá de Carlota. Ella teletrabaja, cuida a la peque, limpia la casa, hace un montón de cosas y aún así, se siente que no es suficiente. Su marido le reprocha el haberse estancado, aumentando este sentimiento de inseguridad y de falta de confianza en sí misma. Jimena escucha a su pareja y decide que tiene razón, que se ha estancado en el mundo laboral y que realmente puede optar a un puesto de trabajo mejor.
¿Qué le sucede a Jimena? Que tiene miedo de que la juzguen, siente que tiene que aprender un montón de habilidades y herramientas para optar a ese puesto mejor.
Si te das cuenta, después de conocer estos tres casos, el trasfondo de lo que les sucede es el mismo, la falta de confianza. Se sienten inseguridad, no válidas, son muy exigentes y se sabotean a sí mismas. Cuando la realidad es que son mujeres maravillosas, creadores, con muchísimas estrategias y con una capacidad de resolución muy alta.
Veamos a continuación cómo fomentar el creer en sí mismas para hacerles la vida más fácil y comenzar a sentirse mejor.
¿Cómo trabajo en terapia la falta de confianza en una misma?
Lo primero que necesitamos hacer es reconocer que hay esa necesidad y averiguar de dónde viene. Normalmente se gesta cuando somos pequeñitas en entornos exigentes, que nos han valorado poco, en los que siempre se nos ha dicho que podíamos conseguir más y que no nos estábamos esforzando lo suficiente.
Por lo tanto, tendríamos que analizar los patrones familiares o de crianza que ha vivido esta persona para tener una base central.
Una vez conocemos cuál es el origen de este sentimiento debemos abordar varios puntos: dónde ponemos el foco de atención, qué pensamientos tenemos que generan esa emoción y cómo se encuentra nuestra niña interior. Te dejo aquí una meditación guiada sobre la autoestima que grabé hace unos años.
¿Dónde pongo el foco de atención?
Necesitamos evaluar si tu foco de atención es interior, hacia ti misma o externo, hacia los demás. El foco interno tiene que ver con cómo te sientes, cómo estás, si te encuentras cómoda en una situación concreta, qué necesitas para estar mejor.
El foco de atención externo se centra en los demás: si les gusto, cómo me están juzgando, quiero caerles bien, qué pensarán si me comporto de X forma, pensarán que soy inculta, les gustará mi trabajo… Generando un gran ruido mental.
La mayoría de personas que sienten que tienen falta de confianza tienen el foco de atención fuera, en los demás. Por lo tanto, necesitamos comenzar a modularlo hacia dentro para que conecten más consigo mismas y lo que ellas necesitan antes de dirigirse hacia el exterior.
¿Cuáles son mis pensamientos concretos?
Aquí suelo pedir que la persona anote cuáles son los pensamientos concretos que tiene cuando se enfrenta a esas situaciones que le generan agobio. Puede ser “no sirvo para nada”, “no les va a gustar”, “es que esto está mal”, “no tengo capacidad suficiente”, “es que si digo que no sé me van a juzgar”…
Una vez tenemos la lista de las frases concretas comenzaremos con la reestructuración cognitiva, refutarlos con otros pensamientos y con hechos contrastados en los que has tenido éxito.
Te contaré un secreto con respecto a este punto, el Ego, la vocecita negativa de nuestra cabeza, suele repetirse como un papagayo. Por lo tanto, te darás cuenta de que no es nada original y que esas frases machacantes y negativas, suelen ser las mismas.
¿Cuál es la diferencia? Que el Ego es como un pozo sin fondo que se repite sin parar y tú no has desarrollado estrategias para combatirlo y, por lo tanto, comenzar a hablarte bien.
¿Qué sucede con nuestra niña interior?

En el primer punto fuimos a tu infancia, a analizar tus patrones familiares. Pues bien, aquí necesitamos volver a recurrir a esos puntos y preguntarle a tu niña interior cómo se siente.
Este es un abordaje más sensitivo, en el que vas a tener que conectar contigo misma de una forma más profunda. Aquí van a salir miedos, inseguridades, pasadas y presentes. Aquí vamos a traer a la luz aquellas creencias que se quedaron instauradas en ti desde que eras pequeña.
La idea es que desde la etapa adulta puedas liberar a esa niña interior. Ten presente que vas a sanando, liberando, determinadas situaciones que te generan incomodidad. Te pongo un ejemplo para que sea más fácil de comprender.
A Clara le pone de los nervios que los demás hablen de ella ahora que es adulta. Si viajamos por su trayectoria averiguaremos que cuando era pequeña sufrió bullying. Hablaban de ella, la criticaban, la juzgaban. Por lo tanto, cada vez que alguien habla de ella esta herida del pasado, se reactiva. No ha logrado poner un límite y dejar a un lado este tipo de relaciones, pero ojo con el dato, ¡ella también juzga! Así que, para empezar a trabajar este punto, ella debe dejar de hacerlo con los demás.
Si te das cuenta, todo está relacionado. Lo que te sucede a ti, lo que le sucede a otra persona. Todas tenemos heridas y muchas veces nos relacionamos como elefantes en una cacharrería, sin empatía, pensando que todo da igual. Cuando, la realidad, es que todas las adultas y todos los adultos, somos niños pequeños que necesitamos ser atendidos.
Si te ha gustado este artículo déjame un comentario. Estaré encantada de leerte y, recuerda, ¡este agosto tenemos retiro de mujeres en Galicia y aún quedan plazas!
Te envío un abrazo muy grande.